Feliz lunes a todas y todos.
Estoy agotado, os lo tengo que reconocer. Los últimos catorce días han sido agotadores. He estado colaborando con dos editoriales y preparando la formación para docentes de las «Jornades del Joc del Pirineu» y hoy mi cuerpo ha dicho: ¡C’est fini! Hoy es el primer día de descanso en dos semanas y la verdad, se agradece. Os quiero poner en resumen, en dos entradas, como han sido estas dos semanas dónde el doctor Piña y el detective Papaya han realizado partidas y charlas con docentes. Pero primero, quiero hablaros de la experiencia de visitar el FEDAC Montcada, una escuela situada en la localidad de Montcada i Reixac y como fue trabajar con niños y niñas de cuatro años (alumnos de infantil 4). Ya teníamos la experiencia previa del FEDAC Sant Andreu y esta vez, la dificultad residia en la edad de los pequeños detectives noveles (cuatro años, repito). Dio la casualidad que ese día hacía un día gélido, frío y gris. Lo que se tradujo en el día ideal para nuestra presentación, pues el pobre monstruo de las plantas había buscado refugio en el interior de la escuela que se estaba más calentito.

¿Y cómo fue la actividad en sí? Fue impresionante. A nivel participativo de los peques, la experiencia fue maravillosa. Tanto Oscar como yo, algo más sueltos que la primera vez, nos dejamos la piel con los peques y la respuesta de ellos, fue maravillosa. Una actividad que fue bien desde el primer minuto hasta el final de la misma. Resolvieron el rompecabezas de la huella (que habíamos roto sin querer, jugando a la rayuela), siguieron el rastro de hojas hasta toparse con el Monstruo de las macetas y consiguieron un certificado de reconocimiento, por parte de la Agencia de Detectives de Monstruos. Una gran experiencia, que tuvo una gran acogida por parte de los docentes del centro, a los cuales nuevamente, les quiero dar las gracias.

Os quiero comentar una cosa muy graciosa, que sucedió con el primer grupo: para convencer a los pequeños de la importancia del silencio en el momento de ir a buscar al monstruo, decidí recuperar un antiguo recurso de la época de monitor de campamentos de verano: el spray de silencio. Es una forma mágica de hacer callar a los pequeños. Imaginaos que en la mano tenéis un spray de los que usamos en nuestra vida diaria. Lo sostenemos mágicamente en nuestras manos. Y moviendo ligeramente el dedo, como si pulsáramos el botón, pedimos silencio… ¡SHHHH! Lo increíble es el efecto que causó. Los pequeños quedaron totalmente en silencio y no hubo ningún conato de ruido. Los docentes del centro, entraron en el teatrillo de los detectives, incluso nos pidieron frascos para usar en sus aulas. La verdad, fue algo muy divertido.

Para acabar, quiero dedicar este último párrafo a la persona que me ha abierto las puertas a las aulas y con la cual, estoy aprendiendo muchas cosas. Se trata de Óscar de Paula, nuestro Doctor Piña, que os recomiendo que le sigáis en Twitter, pues comparte contenido muy interesante a nivel educativo: @Odepaula80. Solamente puedo darle las gracias, una vez más por todo lo que me ha enseñado y que sepáis, que seguiremos trabajando y creando más contenido de rol para las aulas.
En la próxima entrada, os contaremos que tal fue por la Seu d’Urgell y como de un taller, han salido los monstruos que aparecerán en las partidas especiales de Sant Jordi, en el mes de Abril de 2019.
Tiene pinta haber sido una experiencia muy divertida.
Al Detective Papaya ya lo conozco pero el Doctor Piña también parece ser un personaje muy interesante.
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La verdad es que el Doctor Piña es otro gran personaje y compañero y sus ideas alocadas acaban por sacarte una sonrisa.
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