L.C.D.P: El caso de los «Lletraferits» (o como un rol en vivo acabó con un detective emocionado y un mar de aplausos)

Por fin ha llegado el viernes. Aún estoy con la resaca post-Festival del Joc del Pirineu, pues ha sido un fin de semana muy intenso. Os debía una entrada hablando exclusivamente del rol en vivo del pasado domingo y aquí la tenéis, para que despierte vuestra curiosidad y mañana podáis disfrutar de dos nuevos casos del Detective Papaya. ¿Qué tal si comenzamos por el principio?

De como una propuesta se convierte en un reto

Después de visitar la Seu d’Urgell, el pasado mes de noviembre y hablándolo con la anterior presidente de ALC Stronghold, Gemma; vimos la posibilidad de llevar alguna actividad de nuestra entidad a la Fira del Joc del Pirineu. Parecía una locura, pues realmente estamos a dos horas y media de coche, pero el lugar y el evento pintaba tan bien que no nos podíamos quedar al margen. A finales de año, propongo a los compañeros y compañeras de la junta, llevar un rol en vivo al festival. La propuesta es bien recibida, tras el primer vivo que hice para peques, que también salieron muy contentos. A mediados de enero, Gemma se reunió con el director del Festival, Xavi Socias. Propuesta aceptada. A las pocas semanas me proponen llevar rol de mesa. Doble felicidad. El detective Papaya vuelve a la carga y por la puerta grande. Recordad que en enero, me tomé unas «vacaciones», que no fueron más que preparar contenido de cara al primer trimestre, entre otras cosas, este rol en vivo y preparar algunas formaciones para profesorado. La cosa es que todo esto se convierte en la única representación de nuestro club y por tanto, el reto está sobre la mesa.

La contrarreloj

Llega febrero. Y con este mes, comienzan todos los problemas. Problemas de salud que me retrasan todo lo retrasable. Además, compromisos previos que me ocupan más tiempo del deseado. Toca meter el turbo para poder llegar a tiempo para el Festival. Comienzo a hacer acopio de materiales, diseñar y abocetar en papel. La historia está hecha. El objetivo del rol en vivo es claro: compartir y extender la pasión por la lectura. Tenía un breve guión, cuatro o cinco líneas, a lo sumo. Y todo un montón de material por hacer. Las horas pasan y el trabajo avanza lo más rápido que dan mis manos. Dos días antes del festival, casi todo está acabado. Pero faltaba lo principal: el monstruo. Como me pasó en el primer rol en vivo, olvidé por completo la aparición del monstruo. En este lo tenía claro: quería que fuera una sombra, algo que se proyectara en la pared, pero por alguna extraña razón, me olvidé de conseguir un foco o algo con la suficiente potencia para conseguir dicho efecto. En estos casos, siempre puedo contar con Javi, que me dio la solución: una marioneta estilo puppet, que se curró en media tarde y que rematamos el viernes por la mañana. Ahora sí, ya estaba todo listo para ir hacía la Seu d’Urgell

El día del ReV

Ya hemos hablado del festival en una entrada anterior y por tanto, vamos al grano. Queremos hablar del rol en vivo. El domingo por la mañana, de los nervios y cargados con las bolsas de material, nos plantamos en la antigua Iglesia de Sant Agustí, actual sede de la biblioteca municipal. Una trabajadora del ayuntamiento nos abrió las puertas y el lugar nos venció, tanto a Javi como a mi. Era inmenso e imponía toda su majestuosidad. A los pocos minutos, aparecieron nuestros ayudantes de excepción y la gente de la organización. También aparecieron algunos curiosos que querían visitar el recinto y me salió la vena de guía turístico. Un par de explicaciones y les envié amablemente a la salida. Teníamos cincuenta minutos para preparar todo el tinglado. Pistas por un lado, objetos por el otro. Javi reparando por última vez el detectamonstruos, reconfigurando los candados y cerrando cajas. El lugar se fue llenando de pequeños pedazos del mundo del detective Papaya, pero con la diferencia de que el universo era real, era la Seu d’Urgell y no Villalejana. Tras cambiarme de ropa, por una más acorde al detective, pudimos dar comienzo a la actividad, en un horario casi puntual, las doce y media de la mañana. 

La actividad

El espacio impone. Y si no, que se lo digan a los papás y peques que entraron y se quedaron anonadados con el lugar. Al fondo se veía la mesa con algunos objetos que los peques reconocieron a simple vista: las gafas de monstruovisión y la detectilinterna. Javi se encargó de los pequeños y les animó a hablar sobre PDM, yo me encargué de los padres y dándole mil gracias, ante todo, hablamos de la actividad en sí y de como iba a funcionar la experiencia. Cuando ambos estuvimos listos, comenzamos la experiencia. Sombrero naranja en alto y yendo hacía la salida, comenzamos a explicar la historia: un tomo de Don Quijote de la Mancha mordido y abandonado, sobre el buzón de devolución de la biblioteca y una nota manuscrita: tinc fam de llibres (Tengo hambre de libros). El caso comenzaba, llevando a los pequeños al interior del recinto y dándoles, un tiempo para que explorasen, manipulasen y recordasen el máximo de información posible. Aquello fue una experiencia maravillosa. Padres e hijos compartiendo la investigación y viviéndola con la misma intensidad. Aparecieron objetos algo curiosos. Marcas en algunos libros, un extraño logotipo y un llavero con el nombre de Lucio, que aquellos jugadores más fieles, reconocieron como del detective Papaya. ¿Qué hacía aquel objeto allí? Además, la caja de herramientas de la Agencia había desaparecido y apareció, tras una discusión de lo más cómica entre los detectives Piña Colada Papaya, bajo la rampa de acceso al recinto. 

Tras acabar la investigación y reuniendo a los jugadores, lo primero que me preguntaron fue por el llavero. Y no hubo forma de no confesar la verdad: tras preguntar también por el escudo, el detective Papaya les contó que forma parte de una sociedad secreta, los Lletraferits, que se encargan de proteger y custodiar los libros que la gente no quiere o que tratan mal. Y que es algo que no es único suyo, si no que todos los detectives veteranos de la Agencia, forman parte del grupo por la defensa de los libros. Los pequeños se quedaron anonadados. Además, tres de los libros llevaban trozos del escudo pintados y al unirlos, aparecía ese logo. Resulta que la caja apareció cerrada con un candado, que fue claramente resuelto por un par de papás, al descubrir el código numérico escondido tras unas banderas. En el interior, filtros para las linternas y los Turbodetectahuellas 3000, del doctor Piña (o las huellas que contiene el libro de PDM, para descubrir a los monstruos). Tras abrir el cofre, presentamos el Detectamonstruos, otra genialidad de Javi, inspirada en un tutorial de Youtube, del cual hablaremos próximamente. Con unas preguntas muy sencillas, podíamos encontrar la clave que abriría la caja dónde se guarda el frasco de vidrio y así atrapar al monstruo. Con los filtros y las linternas, encontraron mensajes secretos en los libros que daban las respuestas para el detectamonstruos. Al acertar las preguntas y conectar los interruptores, el código 505 SOS apareció en la pantalla. Lo peor que podía suceder, el monstruo más temido por la Agencia hacia su aparición en escena: el monstruo de las Sombras
Tras desplazar a los pequeños a la zona del altar, Javi con ayuda de Kam, un compañero de la entidad, sacó la marioneta y agarrándolo como si lo tuviera atrapado por el pescuezo, comenzó el teatrillo final, para la captura del monstruo. Con el frasco de vidrio en la mano y diciendo las palabras secretas, el monstruo arrancó la huida hacía la puerta. Y el detective Papaya detrás. Y aquello fue un show como nunca se había visto. Aguantando la puerta con una mano y el frasco de cristal con la otra, para que Javi llenara de humo el frasco. Y con las prisas, los pequeños se impacientaron y comenzaron a acercarse. Por suerte y tras improvisar un: ¡Socorro! El monstruo no me quiere soltar el brazo, los pequeños vinieron a mi rescate y conseguimos atrapar al monstruo en el frasco. Y claro, lo raro es que no se veía al monstruo, pues se había convertido en humo. Dice la leyenda que si algún agente atrapa a la perfección al monstruo, este desaparecerá, convertido en humo. Y la alegría y los aplausos llenaron aquel espacio. 

Tras entregarles una medalla y un fuerte (y único) aplauso, se acabó la experiencia del rol en vivo, con lágrimas en los ojos, por lo divertido, apasionante y mágico que había sido todo y con un mensaje de: ¡volveremos!

La dura (e inconfesable) realidad

He leído comentarios de agradecimiento en las redes y nos felicitan por el guión y por toda la historia. Pero si habéis leído todo el texto, veréis que hablo de un guión de cuatro o cinco líneas. ¿Qué es lo que está sucediendo? La mayoría de escenas, suceden de forma improvisada, pues tanto Javi como yo, tenemos una facilidad tremenda para la improvisación. Sabemos qué queremos hacer, pero no sabemos qué saldrá. Hubo momentos desternillantes como confundir los moais con los masais o el momento Ricky Martin, para pedirle a los pequeños que se fueran hacía atrás. Todo esto, hicieron de la experiencia, algo único e irrepetible. ¿Mejorable? Eso es un reto que ya nos hemos impuesto. Pero hace mucho trabajar con personas a las que aprecias y de las que, sin esas personas, no serías capaz de sacar todo adelante. Os dejamos con algunas fotos de la experiencia y os invito a qué reservéis la siguiente fecha: 25 de mayo. Algo grande está por suceder. 

Para acabar: gracias, gracias y más gracias a todas las personas que estuvieron allí, que nos trataron, que nos acompañaron o que desde la distancia, nos animaron a seguir. 

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