Último caso del día y seguimos dándole fuerte al rol de NoSoloRol, Pequeños Detectives de Monstruos, junto al detective Piña Colada, que ya no puede con su alma. En esta última partida, nos desplazamos a los años 30, con el antepasado del detective Papaya, el señor Louis Papaya y regresamos a Providence, a seguir con este crossover de Lovecraft con PDM. La primera que hicimos este crossover (tenéis el enlace aquí), la experiencia fue tan buena que hemos decidido hacer una continuación, inspirada en el cuento El que susurra en la oscuridad. ¿Queréis saber qué horrores cosmicos haremos frente en el caso? Pues adelante, sed bienvenidos.
En el sótano de Frank Banks, antiguo compañero de facultad del secretario de Lovecraft, suceden cosas extrañas. Y el señor O’Toole, ha decidido volver a contactar con la Agencia, para resolver el problema. Y claro, un sótano, de noche y oscuro como la boca de un lobo… ¡da para mucho! Los detectives se las verán con sustos, más sustos y muchos sustos. ¿Sobrevivirán a lo que habita en el sótano? Pues tendréis que desafiar a los dados, para conocer la respuesta!
¿Qué contenidos educativos podemos trabajar con este caso?
Estamos ante una partida con cierto aroma a nostalgia, a la vida hace casi cien años. Toda la atención, aparte del imaginario de Lovecraft, se centra en esa forma de vida: la calefacción a base de leña, las conservas caseras, las creencias y supercherías. Además, hablaremos de qué es una bodega y qué productos podemos hallar en ella (por ejemplo, conservas y salazones, embutidos o licores…). Estamos ante una partida en horario de tarde-noche, donde no hemos querido hacer una mella educativa importante, sino más bien, una partida dónde descubran más de la literatura de terror, aparte de aprender curiosidades sobre la vida cotidiana hace noventa años.
Os dejamos los ficheros como siempre, para qué podáis disfrutarla con vuestros peques. Y por hoy, bajamos la persiana… Pero mañana tendremos la crónica de esta jornada maratoniana.
El blog del Detective Papaya 
3 comentarios sobre “El caso del que pellizca en la oscuridad (Un caso del detective Papaya)”