Los casos del detective Piña Colada – El caso de los desorganizadores – Capítulo 1

Sentados alrededor de la mesa de café, el detective Piña Colada, comenzó a explicarle a su compañero Papaya, lo que había sucedido días atrás en Villalejana, durante su viaje alrededor del mundo:
– El mismo día que tú y el gamusino cogíais rumbo al aeropuerto de Las Afueras, la secretaría Mermelada y yo, estábamos tomando un café al lado de la Confitería Sabayón.

15 días antes…

Moncho, espero que estos días no haya mucho trabajo. Apenas nos hemos quedado tú y yo, solos en la Agencia y los demás detectives ya están trabajando en otros asuntos.
– Bueno, Agnés, podríamos aprovechar para hacer inventario de los objetos de la Agencia. Nunca se sabe cuando se va a necesitar unas nuevas Gafas de Monstruovisión o un Frasco de cristal de repuesto.
– Pues es una buena idea. Podríamos comenzar ahora mismo. Hoy pago yo el desayuno, pero mañana te toca a ti hacer cola para comprar unas pavlovas de doña Eulalia.

Regresando a la Agencia, el detective Piña Colada iba recordando todos los objetos que había visto alguna vez por la Agencia. ¿Sería capaz de recordarlos todos?

¿Encontrarás todos los objetos que recuerda el detective Piña Colada?

La entrada de la Agencia estaba vacía. La secretaría Mermelada recuperó su posición en la recepción y el detective Piña Colada, se acercó al despacho del detective Papaya, el cuál había colocado un segundo escritorio para su compañero de fatigas. Buscó entre los documentos, el Manual del Buen Detective y analizó la lista de herramientas básicas que tenían en la Agencia. Además, tenía que tener en cuenta algunos de los inventos que había creado el doctor Flugenci Piña. Pero ese dossier, por alguna extraña razón, no lo encontraba. Miró en el archivador rojo y rebuscó en el improvisado apartamento del gamusino que vive en el archivador. Se llevó las manos a la cabeza. El gamusino había usado el dossier para crearse unos cuadros de diseño sueco. Con un poco de suerte, podría enlazar la imagen del objeto con el nombre correspondiente.

¿Serás capaz de unir cada uno de los objetos con su nombre correspondiente?

Una vez deshecho el enredo, procedió a bajar al almacén de objetos de la Agencia, situado en el sótano del edificio. Agnés, la secretaría Mermelada, ya estaba preparada con dos Detectilinternas:
– No recuerdo si se arregló el problema con las luces del almacén. Por si las moscas, llevaremos estas dos linternas. Tienen baterías, no sufras.

Y efectivamente, la luz no funcionaba en el almacén. Todo estaba manga por hombro. Bien revuelto y nada estaba en su sitio. ¿Cuánto tiempo hacia que no bajaban allí? Ya ni lo recordaba. Quizás desde la mudanza (Ver El caso de la Mudanza Imposible). Unas cuántas horas después, todo parecía estar guardado en su sitio, pero en la pila de Frascos de cristal, uno de ellos le faltaba un tapón. ¡Sin tapón no sirve! La secretaría Mermelada, revolvió todo el almacén y no hubo suerte:
– Deberíamos ir a buscar un tapón nuevo. En la ferretería del señor Berbiquí, encontrarás lo que necesitamos.
– ¿La del señor Berbiquí? – Preguntó el detective Piña Colada, dudando.
– Si, hombre. Cerca de la casa de la señora Rosaleda. – La cara de duda del detective Piña Colada, iba en aumento. – No te preocupes, te paso un mapa, para qué te ubiques.

¿Llegará el detective Piña Colada a la ferretería del señor Berbiquí? ¿Será un viaje de ida y vuelta o tendrá problemas? No se pierdan el próximo capítulo de «Los casos del detective Piña Colada – El caso de los desorganizadores».

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