El caso de los desorganizadores – Capítulo 6

La Detectilinterna que asomaba entre los restos de basura les llamó la atención. Revolviendo el montón de latas, bolsas de plástico, tetrabriks, encontraron algunos de los objetos robados del almacén, entre ellos, algunas de las Pilas Super Plus, que necesitaban para sus linternas. Iluminando bien la zona, la secretaría Mermelada, se fijó en una diminuta huella junto a la papelera volcada:
– Detective. ¡Creo que aquí hay un indicio del culpable! Parece una huella. En el césped. Mire.

El detective Piña Colada se acercó lentamente, Lupa Culodevaso en mano y miró a la zona señalada por la secretaría Mermelada. Efectivamente, era una huella… ¡demasiado familiar! Tan familiar qué ahora entendían porque estaban buscando de noche los objetos:
– Un Monstruo de las Sombras, ¿quién, si no? Adora la oscuridad y por eso el almacén seguía a oscuras. El problema va a ser encontrarlo de noche. Revisemos todas las papeleras del parque y miremos cuánto material podemos recuperar. Y, ya de paso, aprovechemos para tirar cada cosa en su sitio. La gente que no recicla, me pone enfermo.

Relaciona cada una de estas «basuras» con su correspondiente contenedor: papel y cartón para el azul, vidrio para el verde, envases y plásticos para el amarillo.

Tras una ardua tarea revisando las más de treinta papeleras del parque, el detective Piña Colada, acompañado de la señora Dalia, guardesa del parque y de la secretaría Mermelada, abandonaron el Parque del Cárabo, con tres grandes cajas llenas del material del almacén. Tocaba hacer inventario, pero lo harían mañana por la mañana, pues ya era medianoche y se caían de sueño. El detective Piña Colada, llegó a su casa, en la Avenida de los Alpes y pensó: ¿desde cuando le dan miedo los insectos al Monstruo de las Sombras? Con esa duda, se metió en la cama y soñó, durante toda la noche, que era un apasionado de los insectos y que se dedicaba a coleccionarlos.

Encuentra en esta sopa de letras, la mosca y a otros insectos que el detective Piña Colada, ha soñado que coleccionaba.

Al regresar a la Agencia, se encontró con la secretaría Mermelada, ayudada por el detective Kiwi, haciendo inventario del almacén. Saludando con ambas manos, preguntaron:
– ¿Has traído algo de desayunar?
– Si, he pasado por la Confitería Sabayón y he comprado un par de bizcochos de manzana y unas trenzas de hojaldre, rellenas de crema. ¿Cómo va el recuento?
– Bien. Parece que está casi todo lo del almacén, excepto… – El detective Kiwi, enmudeció de golpe.
– Excepto, ¿qué…?
– Un Frasco de cristal y los Espefocos.
– ¿Cómo? ¿Han aparecido todas las Redes Cazamonstruos?
– Sí, todas y cada una. Pero de Espefocos, no hay ninguno. – Sentenció la secretaría Mermelada, mientras cogía una de las trenzas de hojaldre.
– Pero… si el Monstruo de las Sombras, los odia. ¿Qué se traerá entre manos?

El teléfono de la Agencia, comenzó a sonar y la secretaría Mermelada, salió corriendo a responder. A los pocos minutos, regresó:
– El señor Cientosdellaves, el alcalde, quiere veros. Creo que hay problemas en el Ayuntamiento.
– Vamos para allí.

Continuará…

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s