Las diez y media de la mañana. El detective Papaya se desesperaba en la puerta de la Agencia de Detectives de Monstruos. La secretaría Mermelada, nuevamente llegaba tarde a la Agencia, pero hoy no respondía al teléfono. El detective Piña Colada, al pasar por su lado, le preguntó:
– Lucio, ¿sucede algo?
– Agnés no coge el teléfono. Es muy raro. Ayer llegó tarde por primera vez en mucho tiempo y hoy vuelve a retrasarse. – Comenzó extrañado, mientras jugueteaba con su sombrero entre las manos. – Lo peor de todo, es que no responde al teléfono. Deberíamos acercarnos hasta…
La puerta de la Agencia se abrió y apareció una ojerosa secretaría Mermelada, con cara de pocos amigos. Rodeó el mostrador y se sentó frente a su ordenador, con la mirada clavada en la pantalla:
– ¡Sé lo que vais a decir! Si, estoy bien, simplemente me he vuelto a quedar frita. Esta tarde iré a comprar un nuevo despertador, pues definitivamente, no funciona bien.
– Agnés, no te preocupes, tampoco ha habido mucho trajín en la Agencia.
– ¿Y estos doscientos correos sin leer? – Señaló la pantalla.- ¿Cuándo han llegado?
– Pues… hace un minuto no estaban. – Contestó el detective Piña Colada. – Lo estuve mirando antes de que tu llegarás. Abre alguno, a ver qué dice…
Resuelve el rompecabezas en línea o imprime esta imagen y recortarla a tu gusto, para generar tu propio rompecabezas.

Todos los correos eran spam, correos basura con publicidad sobre relojes y despertadores. Parecía una broma de mal gusto, pues la secretaría Mermelada, no se lo tomó muy bien. Después de unas horas de trabajo y un par de cafés, ya se encontraba algo más animada. A las seis de la tarde, decidió recogerse del trabajo y acercarse al centro comercial El Cruce, a comprar un buen despertador. El dependiente de la tienda, le propuso un juego:
– Para celebrar el veinticinco aniversario de la tienda, le propondré un enigma. Si lo resuelve, le haremos un descuento del setenta por ciento, en todos los productos que usted compre hoy. ¡Aquí va el enigma!

Tras acertar el complejo enigma, decidió regresar a casa con toda tranquilidad, pero en cuanto subió al coche, notó que algo le faltaba. Miró en la pantalla digital del vehículo y vio que la hora había desaparecido. Miró en la configuración de ajustes y no había manera de buscar, el porqué la hora había desaparecido. Desesperada por tantos problemas con los relojes, decidió llamar al detective Papaya:
– ¿Moncho? Soy Agnés. Creo que tengo un problema relacionado con los relojes.
– ¿No has encontrado un nuevo despertador?
– No, no es eso. Creo que el problema es bastante más serio de lo que parece. Ayer, mi reloj de agujas estaba manipulado y el despertador, hace dos días que no funciona bien. Ahora, el reloj digital de mi coche ha desaparecido y no hay manera de volverlo a activar. ¿Crees que podría tratarse de un monstruo?
– Tiene toda la pinta. ¿Dónde te encuentras?
– Estoy en el Centro comercial El Cruce. ¿Dónde quieres que nos reunamos?
– Te lo paso cifrado, por si el monstruo aún estuviera por allí, escuchándote. Nos vemos en breves. No tardes.

Recibió un SMS en su teléfono móvil, con un montón de números. Era la ubicación dónde habían quedado para verse. Tardó unos segundos, arrancó el vehículo y se fue hacía el lugar indicado. Sus días de llegar tarde iban a acabar de inmediato.
Continuará…