
¡Feliz jueves a todos, intrépidos aventureros! ¿Estáis listos para seguir tomando nota para crear vuestras partidas más heroicas para Hero Kids, de Justin Halliday y editado en inglés y castellano por Hero Forge Games? Así me gusta, que estéis bien preparados, pues voy vamos a explicar el cincuenta por ciento restante, para hacer de nuestra épica aventura, algo legendario. ¡Comenzamos!
Del boceto a la cuadrícula (y otras formas de distribución)
Normalmente, este capítulo y el anterior colgado en el blog, los realizaréis simultáneamente, para poder sacar el máximo de provecho a la confección de vuestra partida para peques. Una de las primeras cosas que tendréis que realizar es el boceto de los mapas que queráis preparar. Un mapa no tiene porque tener todos los detalles del mundo y puede ser tan sencillo como vosotros consideréis necesario, pero tiene que dejar claro a los jugadores dónde están los límites por los que se mueven sus personajes, qué obstáculos les impediran pasar o les ayudarán a protegerse del fuego enemigo y qué salidas tienen ante un peligro inminente. Por tanto, deberéis tener claro qué elementos aparecerán en la confección final de vuestros mapas, antes de lanzaros a dibujarlos. Del nivel de detalle, os lo dejo a vuestra elección. He visto auténticas joyas dibujadas en papel pergamino e incluso mapas minimalistas de apenas unas rayas. Cada uno tiene su estilo y deberéis sentiros cómodos en vuestra creación.

Analógico o digital: las mil y una forma de dibujar el plano
Si algo da pereza en el momento de confeccionar un plano para la partida, es el momento en el que hay que preparar la cuadrícula dónde se moverán los personajes. En los tiempos que no había internet, había que dibujarlo desde cero y muchos optaban por utilizar libretas de papel cuadriculado para ello. Pero en los tiempos que corren, podéis descargar imágenes prediseñadas con cuadriculas o incluso, con distribución hexagonal, que también os servirán para vuestras partidas (pese que el sistema esté planteando con cuadriculas). Imprimir o fotocopiar las cuadrículas como base, es una buena forma de ahorraros un buen tiempo a la hora de dibujar el mapa, pues ya tendréis la parte básica realizada y solo os tocará añadir elementos como paredes, puertas y otros detalles en las cuadrículas. Pero si queréis un resultado todavía más elegante, podéis intentar realizarlo en formato digital con algún programa de dibujo. He tenido la gran suerte que Javi, nuestro querídisimo Detective Piña Colada, me regalara las pasadas navidades, una tableta gráfica (que cumple las tres B: bueno, bonito y barato) y que facilita mucho el trabajo de hacer el mapa, pues permite hacer una segunda tarea que a mano, puede resultar engorrosa: tener un mini mapa con el posicionamiento de los enemigos. Para los que no queráis hacer este mini mapa, pues la solución es sencilla: ejes de coordenadas y en la partida, apuntaros el lugar dónde aparece cada uno de los enemigos de la escena. Fácil y sencillo.
Consejos sobre el dibujo (tanto analógico como digital):
– Primero realizar las paredes y las salidas hacía otras partes del mapa. Intentad cuadrarlas, para poder montar así un gran mapa sobre la mesa (si disponéis de una mesa grande dónde jugar, mejor que mejor).
– Todo lo sea de interés en la partida, procurar detallarlo y que se vea claramente lo que es. Un detalle decorativo, no necesitará tanta precisión y dependerá del tiempo que tengáis para la preparación de la partida, para darle más o menos calidad a la imagen.
– Por último, intentad no colorear mucho la imagen, para que las líneas de la cuadrícula queden bien marcadas en el plano. Si queréis darle color a la imagen, procurar mantener bien marcadas las separaciones de la cuadrícula.

Como un profesional: envejeciendo planos
Si lo que queréis es dejar a vuestros jugadores con la boca abierta, os dejo dos pequeños briconsejos para darle solera y vejez a vuestros mapas de nueva creación.
Oscureciendo con café: si queréis que vuestro mapa quede oscuro y con un efecto de papel envejecido, podéis sumergirlo en café soluble con agua durante un rato y dejarlo secar al aire. ¡Cuidado! El papel se volverá más frágil, cuanto más tiempo lo tengáis sumergido. El papel quedará con una textura más áspera y dará la sensación de ser un documento muy antiguo. Si además, aprovecháis para arrugarlo o doblarlo, antes de sumergirlo, se generaran líneas marcadas, que daran la sensación de vejez que buscáis.
La doble función de la bolsa de té: El té también se utiliza para envejecer papeles y darle la textura de documento antiguo. Eso sí, esta vez no meteros el papel en el té, si no que utilizaremos las bolsas de té que vayamos a tirar a la basura, después de hacer una infusión. Tal como la saquemos del líquido y sin apenas escurrir, la restregaremos con delicadeza sobre el papel, dejando manchas y gotas sobre el papel, para crear manchas causados por el tiempo. El resultado es más sutil que el café, pues le da un color más macilento, más amarillento, aunque también le aporta una textura áspera, que dará la sensación de ser un papel abandonado durante mucho tiempo.
¿Os convencen estos consejos? ¿Los probaréis en casa? Antes de nada, probarlo con papeles viejos o para reciclar, para ir cogiéndole el truco y así, no errar en vuestro primer intento con los planos preparados.
Mañana, más y mejor en estos lares.
¡Nos leemos!