L.C.D.P.: Un caso, dos formas de ver los sucesos

¡Lunes! ¡Lunes! ¡Lunes! Esta semana es la semana más caótica aquí en el despacho de un servidor, pues a partir del jueves estaré en el XXV Salón Manga Barcelona, con las compañeras de las asociaciones ALC Stronghold, Fancon, El Dado Dorado, Kodama y Necronomicon’s, con una pedazo de ludoteca de juegos de temática japonesa, abierta a todos los visitantes de la feria. Cuatro días intensos, en los que tendremos publicaciones en el blog, que dejaré programadas a lo largo de estos tres días previos. Por tanto, cualquier consulta para estos cuatro días, os remitiré al correo oficial: agencia.detectivepapaya@gmail.com. Pero esto es una crónica y se trata de hablar de lo que sucedió el sábado por la tarde… Una tarde digna para recordar, a la que hay que agradecer la colaboración y el curro de Kamui, un gran máster y amigo de la asociación ALC Stronghold, que colaboró en «El caso de la tormenta imperfecta», llevando mi inocente partida de investigación al mundo de las pesadillas infantiles. ¿Queréis saber más? Pues adelante, pasad, pasad.

Comienza su pesadilla

Como ya os comenté en la anterior entrada, la partida que dirigimos el sábado por la tarde (por la mañana, aproveché para descansar, después de varios días con problemas de salud), llevaba más de un año y medio escrita y esperando fecha para ser dirigida. Todo estaba preparado: mientras yo iba a dirigir Pequeños Detectives de Monstruos (Álvaro Corcín y Patricia de Blas, Nosolorol), Kam haría lo mismo con los papás con el sistema Inocentes (Manuel J. Sueiro, Ángel Paredes y Javier Santos, Nosolorol), un juego dónde los protagonistas son niños y los terrores infantiles. Mismo mapa, mismo material (meeples) y con Lacasitos como tokens, mientras que en la de los pequeños, un cargamento de regaliz negro amargo. ¡Qué comience el espectáculo! En la segunda planta del Espai Jove Garcilaso, nos quedamos los detectives Chocolate, Elsa, Spaghetti, Gato y Jibanyan. En la planta sexta, los detectives Chocolate, Elsa, Spaghetti, Gato y Jibanyan. Bueno, ellos no, sus papás y mamás, adoptaron el nombre de sus hijos, sus edades y sus peculiares gustos, aficiones, puntos fuertes y puntos flacos.

Además, las partidas comenzaron a la misma vez y la consigna en la de peques era clara: quedaros con todo lo que sucede en la partida, pues luego tendréis que explicarla a vuestros papás y mamás. La partida fue espectacular. Sustos por doquier, detectives que probaron (y pusieron cara de asco) con la regaliz amarga y un final de infarto, con dos monstruos capturados. A los pocos minutos, la partida de arriba acababa. ¿Cómo habrá ido la experiencia? Nuestro detective Tigretón, subió a hacer un par de fotos y regresó afirmando «que la experiencia de arriba era terrorífica». Al subir con los pequeños a buscar a sus papás y mamás y narrarles la partida, las risas y las caras de sorpresa se alternaron por momentos. Los adultos estaban reconociendo lo que los pequeños estaban explicando. Tan buena fue la experiencia que han solicitado repetir la misma, más adelante. El detective Kamui ya ha entrado en el ciclo de los Papayalovers.

Plano de la primera partida, con uno de los monstruos ya atrapado.

Y aquí comenzó mi pesadilla (o como dirigir a tres terremotos, sin la ayuda de Piña Colada)

Esta semana ha sido complicada en Villalejana. El detective Piña Colada ha estado de reformas en su piso y no ha podido estar mucho por la Agencia y eso se ha notado, pues no pudo asistir a ayudarme en las partidas. Y si le sumamos mis problemas de salud de los días anteriores, da como resultado un detective con las defensas bajas. Y si le sumamos a tres terremotos llamados Flan de queso, Xuxe y Ecejon, la bomba está servida y lista para detonar. He dirigido en situaciones extrañas: en una sala con más de cien mesas alrededor, en una taberna como es La Ovella Negra, de Barcelona; en mitad de un parque… Pero ninguna experiencia ha sido tan aterradora como la segunda partida del sábado. Los peques estaban muy entusiasmados, pero los dados decidieron que era el momento de provocar el caos. ¿El resultado? A los pocos minutos de partida, ya teníamos dieciocho puntos de terror sobre la mesa. Además, estos detectives novatos fueron algo imprudentes, pisando cristales rotos y dejando la puerta del frigorífico abierta de par en par. El pobre domicilio del detective Papaya sufrió algunos desperfectos y eso se reflejó en la valoración de los detectives. Pero fue una buena experiencia, que tuvo la ayuda del detective Jibanyan, para poner algo de tranquilidad sobre la mesa.

Tres semanas de … ¿bondad?

Ahora tocan tres semanas de bondad… Tres semanas de «descanso» hasta el próximo evento rolero dónde estará el detective Papaya. Hasta el dieciséis de noviembre, no tendremos nueva sesión para dirigir y en parte, mi cerebro lo agradece, para poder preparar (pasar a limpio, digitalizar…) todo lo que se viene encima hasta final de año. Además, sigo intentando descifrar el extraño mensaje que me dejaron el pasado jueves en la puerta.

«¡LX AS XFBYUSC US LESCAOT OSELYXL! (HTHTGT)»

Importante: El mensaje tenía una trampa y el detective Alvocat ha descubierto que la M, en realidad se trata de una T… ¿Podría ser que todas las T, fueran la letra «A»?

Si alguien sabe algo, se lo agradeceré, pues ya he probado con todos los medios, resolver este extraño mensaje.

¡Nos leemos!

¿Qué será este extraño mensaje?

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