L.C.D.P.: Un viaje fuera de la atmosfera en el Molins Horror Games

¡Feliz martes a todas y todos! Llevo dos días dándole duro al ordenador, trabajando en varias cosas nuevas que veréis en breves (pronto, muy pronto) y apenas me queda tiempo que dedicaros en el blog, pero no os preocupéis, que siempre intento sacar un huequecito para contaros qué tal han ido las aventuras de este detective y su intrépido compañero. Este fin de semana pasado, día de elecciones generales, fuimos invitados por los amigos de la asociación Jugones – Molins de Rol, en la localidad barcelonesa de Molins de Rei, a sus jornadas lúdicas que coinciden con el Molins Horror Festival, un festival de cine de terror. Además, la temática invitada a las jornadas era el Universo y por tanto, decidimos convertir Pequeños Detectives de Monstruos (de Álvaro Corcín y Patricia de Blas, publicado por Nosolorol) en una nueva aventura espacial, tal como hicimos dos años atrás (dos años ya…). En este caso, la propia NASA fue la que nos solicitó la ayuda y mi deber era buscar intrépidos detectives novatos que me ayudaran a llevarlo a cabo. ¿Nos salimos con la nuestra o fracasamos en el intento? Pasad y os lo cuento.

Fotografia de Oriol Foz. En la Zona Social de la nave, las cosas huelen fatal y los detectives se han desmayado.

Una cuestión de pifias, una nueva jugadora y los croissants de la discordia

Nuestros primeros detectives no tuvieron mucha suerte con sus tiradas. Muchos unos vieron mesa, tras la famosa maldición del padre gafe. ¿La victima? El pobre detective Zack, que por mucho que se esforzaba, los dados no dejaban de martillearle con las peores tiradas. Además, dos nuevos detectives que rezumaban nerviosismo se unieron a la partida. Los detectives León y Robingert, intentaron sacar sus mejores tiradas y se toparon con problemas con la gravedad en el laboratorio y con unas cajas inestables en el almacén. ¿Resultado? Llegaron ante el famélico Monstruo que vive en la Basura, en un estado algo lamentable, pero con mucho esfuerzo, consiguieron derrotarlo.

El Laboratorio dio muchos dolores de cabeza a los jugadores (por la falta de gravedad)


En nuestra segunda aventura, una mamá y su peque se enfrentaron al reto de investigar en la nave Sayaz II. Las detectives Lila y Blava, se esforzaron en su misión de conseguir superar los retos que escondían los diferentes espacios de la nave y se salieron con la suya, con una investigación muy correcta y con la sensación de haber hecho muy buena faena.

La detective Blava resolviendo el enigma que se escondía en el Laboratorio de la Sayaz II


Por último, dos detectives más se sumaron en la última investigación de la tarde. Ya habían jugado a PDM con sus padres y alucinaron con algunas de las cosas que sacamos a la mesa: las miniaturas, el mapa, el botón de pifia… ¡y los croissants! Si, como lo oís. El detective Chapuzas, nos trajo tres kilos de croissants (normales y de chocolate), por cortesía de su padre y los peques, al verlo aparecer con la caja, dejaron por un lado los dados y se lanzaron a probar los croissants. Lástima que no fueran de crema.

La experiencia del domingo fue buena, en general, aunque como le comentamos a los compañeros de Jugones – Molins de Rol, el espacio se ha quedado demasiado pequeño y para dirigir rol, resulta algo complicado. No es la primera vez ni será la última en que tendré que dirigir en espacios compartidos o con demasiado ruido, pero siempre es de agradecer, que el rol tenga un espacio más silencioso y apartado. De todas maneras, agradecerles desde este humilde blog, la invitación que hicieron a ALC Stronghold, asociación de la que formo parte para acudir a sus jornadas roleras. Será una nueva cita que apuntaremos en la agenda del 2020.

¡Nos leemos!

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