
Buenas tardes a todos. Desde el blog del Detective Papaya, tanto yo, David Díaz, como Piña Colada (Javier Sanabria), os mandamos un mensaje de apoyo para todos en estos días que nos esperan por delante de estado de alerta y de #NosQuedamosEnCasa. Es complicado gestionarlo y más, cuando afuera hace buen tiempo, pero desde aquí vamos a poner toda la carne en el asador para que la espera os sea mucho más liviana y podáis disfrutar de vuestros pequeños, lo máximo posible.
Los que estáis apoyando o seguís el Verkami de Ocho Tesoros (David Díaz, con ilustraciones de Alba Aragón, GDM Games), habréis visto la sorpresa de hoy, que era por partida doble. Primero, anunciar cinco nuevas aventuras que se sumarán a las seis del libro, en el caso que se alcancen los 8000€ de recaudación y por otro lado, la publicación de una pequeña parte de lo que encontraréis en el libro: la semilla inicial de Ocho Tesoros, que esperemos os sirva como inspiración en vuestras partidas. Pero, ¿por qué semilla? ¿No sería eso más una aventura? ¿O aventurilla? Dejadme que os lo explique.
El concepto de «semilla»
Normalmente, entendemos como semilla, aquel texto breve que puede dar pie a una aventura. En el caso de Ocho Tesoros hablar de partidas completas en el libro me parecía excesivo. ¿Por qué? Pues por la cantidad de información que llegamos a omitir en la aventura y que el director de juego, yo en este caso, utilizaría. Pero es la idea, tener una pequeña partida escrita en pocas líneas y poder luego desarrollarla a nuestro gusto y estilo, sin perder el objetivo principal del juego: la diversión con los más peques de casa. ¿Por qué le llamo semilla, entonces? Muy sencillo: para tener un árbol, plantamos semillas que con un poco de cuidado y trabajo crecerá para darnos lo que buscábamos. Con esto sucede lo mismo: yo os planteo una aventura de manera resumida, con sus tiradas claves, con sus detalles particulares y con sus datos de interés y vosotros, en vuestras manos, podréis darle la forma que queráis. Habrá quién, con el texto que os propongamos, podréis dirigir una partida de corrido, añadiendo pocos detalles. Otros, sin embargo, necesitarán algo de trabajo para poder llevar la partida a la mesa. En ambos casos, el texto habrá dado el resultado: servir como vehículo a dirigir una partida de rol para peques.

La semilla inicial
Esta travesía (recordemos que en Ocho Tesoros, las aventuras se llaman travesías) es muy particular. No es una aventura muy épica, pero tampoco busca serlo. Busca ser el inicio al aprendizaje a un sistema de rol. Tan sencilla y tan modesta, que tiene sus toques de humor, sin perder esa esencia de «avancemos para hacer algo más grande». No faltarán las aventuras épicas, los peligros marinos, los abordajes, las bestias… pero con este pequeño inicio, buscamos meteros en escena. Sumadle un peligro inminente o el inicio de una travesía con el mar embravecido y tendréis una aventura épica. Aquí buscamos forjarnos un nombre (ya sea junto al capitán Quinqué o junto a nuestros compañeros, en una nueva agrupación pirata) y que todo lo que suceda a partir de entonces, sea legendario. Subir a un barco nunca tuvo tanto peligro como lo tiene en esta partida, pero…
¿Qué contenidos educativos podemos trabajar con esta partida?
Evidentemente, no podía faltar el apartado «educativo» de la partida. Nos vamos a sumergir en un montón de aventuras marineras, con sus barcos, sus puertos, sus travesías marítimas… Necesitaremos un poquito de lenguaje marinero, ¿no? Pues esta aventura está pensado para eso. Hablar de cosas tan básicas como la proa (parte delante de un barco), la popa (parte trasera de un barco), babor (lado izquierdo del barco) o estribor (lado derecho del barco), pueden ser los inicios para descubrir que nos oculta la vida en el mar. Imaginaos que os encontráis con un tabernero que quiere explicaros algún secreto de los piratas que asolan Las Islas Saladas. Y os afirma, que en babor, esconden un pequeño cofre entre las bogas (cuerdas). Si no sabemos que significa babor, ¿podremos encontrar el cofre? Seguramente, no. Y la dificultad de la tirada para encontrarlo, será altísima. Hablaremos en otras aventuras de los vientos, de la climatología, de las bestias marinas y las bestias salvajes… ¿Quién se anima a acompañarnos?
Os dejo el enlace a GDM Games para que podáis darle un vistazo a esta pequeña travesía. En breves, la podréis jugar en casa, con todo lujo de detalles. ¡Izad las velas! ¡Levad el ancla! ¡Nos esperan más aventuras en la Gran Dama Azul!
La hora del tentáculo
